6 de junio de 2010

Primer encuentro con el 2012

Cuando leí por primera vez sobre las profecías del 2012 (tema que ahora está al orden del día en la red), quedé bastante impresionada. Mi primer contacto con el tema vino de la mano de la civilización maya, de la que conocía lo que la mayoría de la gente: civilización precolombina que desapareció misteriosamente sin dejar rastro, sus avanzados e inexplicables conocimientos astronómicos, la increíble ciudad de Chichen Itza y su famoso calendario. Lo que no sabía era que dicho calendario terminaba en lo que, según el nuestro, sería el año 2012. Conocidos como “los guardianes del tiempo”, los mayas no podían haber dejado al azar el final de su calendario, en el que habían marcado con sorprendente precisión algunos hitos de gran trascendencia en la historia de la Humanidad.

Intrigada por este tema, me dispuse a investigar en profundidad y, tirando el hilo, me topé con otras teorías que apuntaban a la misma fecha: 2012; no hablo ya solo de profecías y pronósticos sino también de hipótesis científicas, resultado de estudios exhaustivos. La información que he ido recopilando ha resultado ser más extensa y variada de lo que en un principio había esperado, de manera que me decidí a unificarla y resumirla para compartirla en este blog con todo el que, al igual que yo, esté interesado en el tema.

A lo largo de los diferentes artículos que iré publicando os hablaré de profecías como la del calendario maya, la de los indios norteamericanos Hopi, los dibujos apocalípticos del “Libro perdido de Nostradamus”, los mensajes de la Biblia y las palabras de los monjes budistas del Tibet. También intentaré resumir y presentaros las teorías científicas sobre tormentas solares de nivel nunca experimentado en la Tierra, del cambio de polaridad y de frecuencia que podría sufrir nuestro planeta, de nuestro cambio de posición en la galaxia y del planeta Hercólubus, en cuya trayectoria actual se interpone la Tierra.

En tanto que, en realidad, no es posible saber con certeza qué ocurrirá en 2012, espero que estos artículos os resulten cuanto menos interesantes, y confío en que os ayuden a formaros una idea –vuestra propia idea– de lo que podría estar por venir.

Profecías sobre el 2012: El Calendario Maya


Los Mayas tenían una concepción cíclica del tiempo, para ellos muerte y re-creación se sucedían en un ciclo interminable de renovación. Así, nuestro planeta habría experimentado varias veces esa destrucción y nueva creación: en un principio, 3 dioses mayas habrían creado al ser humano a partir del barro; tras la destrucción de éste, 7 dioses habrían creado de nuevo al Hombre a partir de la madera; ésta civilización habría sucumbido bajo el agua, siendo precedida por la siguiente raza humana, creada por 13 dioses a partir del maíz: nosotros.

Se desconoce la fuente de la que los mayas bebieron para crear semejante instrumento de medición del tiempo, pero lo cierto es que su calendario da comienzo el 13 de Agosto de 3114 a.C. y finaliza el 21 de Diciembre de 2012 (según correspondencia con nuestro calendario gregoriano). Este calendario es en realidad 3 calendarios, el Tzolkin, el Haab y la Cuenta Larga.

El Calendario sagrado o Tzolkin consta de 260 días y está basado en el movimiento de la Luna, por lo que representa el tiempo natural y permite acompañar a la Naturaleza en sus ciclos evolutivos. Se utilizaba para la celebración de ceremonias religiosas, para pronosticar la llegada y duración del periodo de lluvias, cacerías y pesca, así como para predecir el destino de las personas.

El Calendario Haab, que se combinaba con el Tzolkin, mide el año solar y lo divide en 18 meses de 20 días, además de 5 días adicionales (los Uayeb) que tenían lugar al final del año y eran considerados nefastos. Éste se utilizaba como calendario religioso colectivo, para marcar ritos comunitarios y algunas ceremonias.

La Cuenta Larga, un sistema vigesimal, se utilizaba para determinar cuándo ocurrió un evento relacionado con otro marcado en el Tzolkin y en el Haab. A veces se complementaba con otra forma de calendario llamada “fase lunar”, y relacionaba los ciclos con dioses y eventos cósmicos (por ejemplo, el ciclo “Sexto Sol” se asocia al regreso de Kukulkan).

En cuanto a las predicciones del calendario (o calendarios) maya para la fase final de éste, es decir, para el 2012, éstas hablan de intensas luchas de poder entre los gobiernos, los bancos y el poder militar que, unidas a diversos desastres naturales, provocarían grandes cambios sociales que darían lugar a un nuevo concepto de sociedad. Según los mayas, dispondríamos de una nueva tecnología y superaríamos los conceptos de “dinero” y “tiempo”, pasando a experimentar una nueva dimensión o nivel de conciencia.

Todo estos cambios estarían relacionados con aspectos astronómicos como una sincronización planetaria a gran escala, la sincronización de nuestro sistema con otros dos sistemas solares hasta ahora desconocidos, y el alineamiento del Sistema Solar con el corazón de la Vía Láctea; en el 2012, tras 13000 años, estaríamos de nuevo cruzando el ecuador galáctico. Este centro de la galaxia posee una frecuencia conocida como “Espiral de Ge”; la vibración que produce es capaz de afectar y activar nuestro ADN, y lo hace con más fuerza cuanto más cerca estamos de dicho centro. Recientemente un grupo de científicos rusos descubrió que el 97% del espacio que se creía vacío en nuestro ADN no estaba vacío sino lleno con una energía que llaman “de onda de torsión”; esta energía es la que determina la disposición del ADN y posee la misma frecuencia que la espiral de Ge. Como consecuencia de la llegada de nuestro planeta al centro de la galaxia en 2012 , se producirían también cambios en los humanos a nivel de ADN, con lo que los niños nacidos en esta época serían más inteligentes e intuitivos y poseerían capacidades telepáticas; algunos de ellos estarían llamados a convertirse en los líderes espirituales del futuro.

Cambio de dimensión 

Uno de los aspectos descifrados en el calendario maya es el cambio de dimensión que, como parte de nuestra evolución y consecuencia de lo anteriormente explicado, tendría lugar en la Tierra en el 2012. Según los mayas, al trascender el concepto de “tiempo” se descubriría ante nosotros una nueva dimensión. Pero tratemos de profundizar en el tema de la dimensionalidad para comprender mejor lo que implicaría este paso a la siguiente dimensión o nivel de conciencia.

Nuestro planeta vibra en una octava de 7 dimensiones (existen otras octavas con otras dimensiones que el ser humano no es capaz de aprehender); estas dimensiones son distintos niveles de conciencia que coexisten y se encuentran interconectados. Percibimos la realidad dependiendo de las “reglas” de la dimensión en que nos encontramos.

La primera dimensión es la más básica, aquella donde la energía se convierte en materia y donde no hay conciencia, se trata de un nivel funcional; las plantas se encontrarían en este nivel. La segunda dimensión es la de las formas planas, aquí se hallarían los animales, con un tipo de conciencia grupal. La tercera dimensión, donde ya existe el volumen (3D), es una dimensión donde la realidad percibida es espacio-temporal y donde los seres que la habitan poseen una conciencia individual, se sienten separados del resto y consideran el tiempo algo lineal. Aquí estaríamos actualmente los humanos.

Sin embargo, en los últimos años nuestra conciencia ha estado transformándose para vivenciar la cuarta dimensión, aunque aún no somos conscientes de ella. La cuarta es la dimensión donde comprendemos que todos formamos parte de lo mismo y estamos unidos, es una especie de retorno a la conciencia grupal pero sin perder nuestra individualidad, es la dimensión donde el tiempo se percibe como algo cíclico, no lineal y, aunque continua siendo una dimensión física (de hecho, la última dimensión física), todo sería menos denso. En nuestra dimensión percibimos el mundo que nos rodea por medio de los cinco sentidos físicos, pero para percibir la cuarta necesitamos despertar un sexto sentido que se encuentra en nosotros de forma latente.

Según los mayas, la llamada 5ª época habría dado a su fin en 1987; desde entonces el mundo se ha estado preparando para la 6ª época, cuyo comienzo tendría lugar en 2012, una nueva era en que el telón de la cuarta dimensión se elevaría permitiéndonos percibir la realidad de una forma nueva y por tanto subir un escalón en la escala de la conciencia humana.

* Para saber más sobre el salto dimensional: http://elguardian-antroposofia.blogspot.com/2010/10/la-ascension-dimensional.html

Otras profecías sobre el 2012


El calendario maya no supone el único “instrumento” de predicción que ha marcado el 2012 como fecha clave para el fin del mundo tal y como lo conocemos y el comienzo de una nueva época en la Historia de la Humanidad. La Roca de las Profecías Hopi, el Vaticinia Code de Nostradamus e incluso la propia Biblia coinciden con los “guardianes del tiempo” en sus vaticinios.

Indios Hopi: la Roca de las Profecías 

Los indios Hopi son una tribu de unos 10.000 individuos que habitaban la Meseta Central de EEUU y que actualmente se encuentran asentados en una reserva cercana a Oraibi (Arizona). Esta tribu supone uno de los pocos grupos aborígenes que han traído hasta la actualidad la sabiduría de su cultura ancestral.

Según la mitología Hopi, la historia de la Humanidad se divide en “mundos” y habrían de cumplirse hasta un total de 7. El primero sucumbió por el fuego; el segundo por el hielo; el tercero, cuyos habitantes ocupaban un enorme continente llamado Kasskara en lo que hoy sería el Pacífico, sucumbió bajo el agua, al igual que los habitantes del “país del Este”, la otra tierra habitada de esa era. Nuestra civilización actual sería la cuarta. Según la llamada “Roca de las Profecías” (un petroglifo de los indios Hopi, algunos de cuyos vaticinios ya se han cumplido), el cuarto mundo estaría pronto a desaparecer para dar paso al comienzo del quinto mundo. La roca Hopi no especifica un año concreto pero sí un tiempo cercano al que vivimos ahora.

Por otra parte, según los actuales Hopi, sus antepasados fueron visitados por los “katchinas”, unos seres que venían de las estrellas, de aspecto humano pero de conocimientos muy superiores a los humanos, que se desplazaban con “escudos voladores” a increíbles velocidades y que siempre han estado con nosotros, desde el primer mundo. “Katchinas” sifnifica “sabios, ilustres y respetados”; estos seres nunca fueron tomados por dioses y ofrecieron a los humanos sus enseñanzas como maestros y protectores, hasta que se fueron de vuelta a las estrellas y los pueblos fueron olvidando los conocimientos que les habían sido transmitidos. Los Hopi mantuvieron esas enseñanzas de generación en generación y aguardan su regreso, según sus profecías en un tiempo no lejano.

Nostradamus: Vaticinia Code 

Sobradamente conocidas son las profecías de Michel de Notre-Dame (1503-1566) o Nostradamus, especialmente su centuria X, donde según los estudiosos de las profecías escritas en 1555, con el apogeo de una gran guerra que estaría ya muy cercana, vendría el final de nuestro tiempo. Según esta profecía, que cita a Marte (símbolo de guerra) y al “gran rey del terror” que vendrá del cielo, hay motivos para esperar un tiempo de renovación y felicidad tras la gran época de destrucción:

La época humana de origen sobrenatural dará paz y unión.
La guerra, guardada en cautiverio
dejará reinar la paz por largo tiempo. 


Sin embargo, un documento profético no tan conocido es el que últimamente ha inquietado e intrigado más a los estudiosos de Nostradamus y a todo tipo de personas interesadas en las profecías del 2012. Se trata del que ha sido llamado “El libro perdido de Nostradamus”, un manuscrito encontrado en 1994 por la periodista italiana Enza Massa en la Biblioteca Nacional de Roma bajo el título “Nostradamus: Vaticinia Code”, cuyo contenido se basa en imágenes proféticas, se cree que pintadas por el hijo del profeta cuando era joven.

El dibujo que más interesa al tema de este artículo es uno que muestra una rueda de ocho patas; los astrónomos la identifican con una alineación de órbitas, cuando uno de los zodiacos (el arquero) apunte a la cola del escorpión se creará un intervalo entre ambos que se produce cada 13.000 años. La última vez que esto se produjo fue en el 11.000 a.C. A esto se suma el dibujo de tres lunas nacientes que simbolizan tres eclipses simultáneos de gran magnitud; el próximo evento de estas características ocurriría en 2012.

La Biblia: un código secreto 

Durante décadas, distintos alquimistas, cabalistas, estudiosos de la Biblia y de otras disciplinas (el propio Isaac Newton se cuenta entre ellos) han investigado el texto sagrado con la esperanza de encontrar en él un código encriptado y descifrarlo. La sospecha de que la Biblia esconde un secreto nace de la advertencia expresa de no modificar el texto original ya que se perdería todo su sentido; los antiguos israelitas fueron advertidos del peligro de añadir o quitar aunque fuese una sola palabra. De especial interés al respecto son las siguientes palabras:

[…] y en cuanto a ti, oh Daniel, haz secretas las palabras y sella el libro, hasta el tiempo del fin. Muchos discurrirán, y el verdadero conocimiento se hará abundante (Daniel, 12.4) 

Ese “tiempo del fin” parece haber llegado, ya que a finales del siglo XX un grupo de matemáticos israelíes descubrió este código secreto. Con ayuda informática y aplicando una técnica denominada ELS (Equidistant Letter Sequences o, lo que es lo mismo, “secuencias de letras equidistantes”), el Antiguo Testamento en su versión hebrea fue decodificado y más tarde confirmado por matemáticos no creyentes y especialistas en codificación del Pentágono. Tras eliminar los espacios en blanco y convertir el texto en un hilo continuo de 304.805 letras, el ordenador busca palabras listadas siguiendo el siguiente procedimiento: empezando por la primera letras, escanea la secuencia completa, después la vuelve a escanear saltando las letras cada dos, cada tres, etc; sigue el mismo proceso empezando por la segunda letra, etc…

Tras este proceso, se obtuvieron datos (nombres, fechas, lugares) de distintos sucesos posteriores a la Biblia que han ocurrido realmente. Este método se ha probado con otros textos sin dar resultados positivos. Algunos de los resultados son tan detallados como el siguiente: “Asesinato de Rabin”, “Amir” (nombre del asesino), “Tel-Aviv”, “en 5.756” (año judío equivalente a 1995-96); otros más evaluativos: “Hitler”, “hombre malvado”, “nazi y enemigo”, “matanza”; otros más concisos: “Edison”, “electricidad”, “bombilla”; “hermanos Wright”, “aeroplano”; “Newton”, “gravedad”. Pero la predicción que aún no se ha cumplido (junto a varias fechas de los últimos años aparece la palabra “pospuesto”) es la que indica “fin del mundo”, que al parecer la Biblia fecha definitivamente para el año 2012.

Visión remota de los monjes budistas del Tibet 

Durante cientos de años la visión remota, entre otras actividades espirituales, se ha contado entre las prácticas de los monjes budistas del Tibet. Lo que no se ha desvelado hasta tiempo relativamente reciente es el contenido de estas visiones; unos turistas indios han llegado a descubrir y revelar la intervención de poderes divinos sobrenaturales que evitarán la destrucción de nuestro mundo.

Según estos visionarios moradores del Tibet, los poderes mundiales se encuentran en el camino hacia su propia autodestrucción; en torno al 2010, y tras un largo periodo de guerras regionales, amenazarían con destruirse mutuamente. Entre el 2010 y el 2012 el mundo se polarizará y preparará para, tras maniobras políticas e infructuosas negociaciones, una guerra nuclear de destrucción total. Es este momento el que los monjes tibetanos marcan como punto de intervención de los poderes divinos. Tras el 2012 y la intervención divina, la Humanidad comprenderá que el futuro está en la espiritualidad, no en la física y la química, y la tecnología tomará un nuevo rumbo a la luz de esta nueva comprensión. Los seres humanos entenderán la relación del cuerpo y el alma, aprenderán a comprender la esencia de la espiritualidad y se darán cuenta de que todos estamos conectados y somos a la vez parte de un Todo único.

La Ciencia Predice


La Ciencia, que hasta ahora nos había mantenido “a salvo” de supersticiones, predicciones y abracadabras apocalípticos de diversa índole, nos ofrece en la actualidad sus mediciones e investigaciones sobre fenómenos que nos llevarían a un punto común de cambios a nivel global y de nuevo a una fecha clave: 2012.

Cambios en la frecuencia y en el campo magnético 

Y grupo de geofísicos, astrofísicos y científicos informáticos unidos para investigar los polos magnéticos de la Tierra, han llegado a la conclusión de que éstos sufrirán un proceso de inversión en torno al año 2012. Este fenómeno ya tuvo lugar en nuestro planeta, fue hace millones de años y acabó con la vida de los dinosaurios.

De hecho no es la Tierra la única afectada, al parecer el magnetismo de otros planetas del Sistema Solar ha aumentado en los últimos tiempos; la sonda espacial Voyager II ha comprobado que el campo magnético de Urano y Neptuno ha experimentado un incremento de 40º y 50º respectivamente, y el de Júpiter se ha duplicado.

Al mismo tiempo, la calidad de la atmósfera de otros planetas de nuestro sistema está cambiando, de manera que éstos se han hecho más visibles desde la Tierra; en 1997 la sonda Mars Observer –lanzada en 1992 para estudiar Marte– comprobó que el grosor de la atmósfera del “planeta rojo” se había duplicado respecto a sus últimas mediciones, y estudios recientes han descubierto que en la Luna se está creando una atmósfera, una capa de Sodio que antes no existía.

Todos estos cambios parecen deberse a que el Sistema Solar ha entrado o está entrando en el campo de otro sistema con un nivel energético superior al nuestro. Según Jan van Toorn, el Sistema Solar está entrando en lo que él llama “la zona de fotones”, un campo electromagnético de alta frecuencia. En 1972 Plutón tomó contacto con este campo, la Tierra lo hizo en 1987 y para el 2012 el 50% de nuestro sistema se hallará en esta zona de fotones.

Uno de los efectos que provoca el contacto con este campo electromagnético es físico: la materia se va haciendo más clara y luminosa, más “fina” y ligera. Al tratarse de una frecuencia más alta, el tiempo también se ve afectado, pasando más deprisa. A nivel espiritual los cambios de frecuencia son significativos; cuando más espirituales somos más alta es nuestra frecuencia, y cuanto más alta es esta frecuencia más cerca nos encontramos de la Fuente de la Creación.

La frecuencia de la Tierra en los últimos 1000 años fue de unos 3,5 micro-herzios (mHz). Según la información de la que disponemos, las mediciones de Abril de 1963 ya marcaban 7,5 mHz, y 30 años más tarde, el 21 de Abril de 1993 habíamos alcanzado los 15,0 mHz. La frecuencia que registra nuestro planeta ha seguido aumentando en los últimos años hasta el presente.

Al mismo tiempo que la frecuencia se eleva, el campo magnético disminuye. Jan van Toorn habla de que esta “desmagnetización” provocará que el giro de la Tierra sobre su eje se vaya ralentizando hasta parar; en ese momento se sucederán tres días de oscuridad y tres de luz, tras los cuales el planeta volvería a girar, esta vez en sentido inverso. Esta inversión del giro de la Tierra provocaría una separación de dimensiones, donde cada individuo debería elegir entre permanecer en la dimensión actual o pasar a la nueva dimensión que se desvelaría al Ser Humano. Llegados a este punto, cada persona –según Van Toorn– debería encontrar su lugar en su propia frecuencia.

Tormentas solares 

A principios de Abril de 2010 el telescopio espacial “Tesis” registró una inesperada fluctuación en la actividad solar: se trata de una violenta tormenta electromagnética que alcanzó el nivel 7 en una escala de 10 y que se prolongó desde las 10.00 hasta las 19.00h. Ninguno de los principales centros de observación en el mundo fue capaz de pronosticar este aumento de la actividad solar, que ponía fin a un periodo de tranquilidad de más de dos años.

Las tormentas geomagnéticas, cuando son de gran magnitud, pueden influir en los sistemas globales del suministro energético, así como provocar cortes en la actividad de los satélites de navegación y emisiones de radio. Un informe financiado por la NASA y publicado por la Academia de Ciencias de los EEUU (NAS) advertía ya hace más de un año sobre la peligrosidad de estas convulsiones en la actividad solar, que podrían llegar a provocar una catástrofe sin precedentes. El telescopio Tesis registró en Abril un máximo histórico de llamaradas solares, una marca equiparable al total de explosiones solares de 2009. La NASA predice, si el ciclo actual de actividad solar es la mitad de convulso de lo esperado, pérdida de energía eléctrica en ciudades enteras que quedarían a oscuras durante meses; al cabo de un año sin suministro eléctrico millones de personas habrían muerto.

Hasta ahora la peor tormenta solar de la que tenemos noticia se produjo el 02 de Septiembre de 1859, se la conoce como el “Evento Carrington” y causó el colapso de las mayores redes mundiales de telégrafos, afectando a toda Europa y América del Norte. La intensa llamarada del Sol emitió en el área de fulguración asociada el doble de energía de lo que es habitual, la eyección llegó a la Tierra con partículas de carga magnética muy intensa que deformó completamente el campo magnético del planeta; esto permitió la entrada de partículas solares en la atmósfera. Como consecuencia, hubo cortocircuitos en los cables de telégrafos, que provocaron numerosos incendios en ambos continentes, y llegaron a verse auroras boreales hasta en el Caribe, en Roma, Madrid y las Islas Baleares.

En aquella época la infraestructura eléctrica se encontraba en su infancia y la vida de los ciudadanos no se vio dramáticamente afectada; hoy día dependemos casi totalmente de la electricidad, y un evento como el de 1859 supondría una catástrofe a nivel mundial. El próximo máximo solar, o periodo de mayor actividad solar, está previsto para el año 2012.

El Sistema Solar, hacia el centro de la Vía Láctea 

Al igual que los planetas pertenecientes al sistema solar se mueven alrededor del Sol, el sistema completo describe distintos movimientos dentro de la galaxia a la que pertenece: la Vía Láctea. Uno de esos movimientos es su acercamiento al centro de ésta.

El Sistema Solar se mueve pues en dirección al corazón de la galaxia, un corazón que, según lo comúnmente aceptado en la actualidad por la comunidad científica, es un enorme agujero negro millones de veces más grande que el Sol. Se cree que en ese centro de la Vía Láctea se encuentra el origen del Sol, de nuestro planeta y de todo nuestro sistema, por lo que se podría hablar entonces de una “vuelta al origen”…

Para los antiguos mayas –que como ya vimos en otro artículo de este blog, poseían grandes conocimientos de astronomía– el centro de la galaxia era el “útero cósmico” de donde había brotado la vida. En el centro de este centro existe al parecer una grita oscura (The Dark Rift”) que los mayas conocían como “el paso del nacimiento”. En el solsticio de invierno de 2012 el Sol y la Tierra estarán alineados con esa grieta oscura, el corazón de la Vía Láctea, justo el momento en que finaliza el calendario maya.

¿Supondrá esta vuelta al “útero cósmico” un nuevo nacimiento, el punto cero del reloj cósmico, un nuevo comienzo a nivel global?

Hércolubus: el Planeta del Fin de los Tiempos 

Hercólubus, también conocido como “el Planeta Rojo”, pertenece al sistema solar Tylo, emplazado en la constelación de Orión; gira en torno a dos soles, uno oscuro y otro brillante, junto con otros cinco planetas: Phema, Epsilon, Hegama, Tylon y Lylio. Hercólubus posee masa planetaria pero describe una órbita elíptica y tiene cola de cometa, su diámetro es de unos 850.000 km (lo que equivale a ser unas 6 veces mayor que Jupiter), está compuesto por un material que si bien no succiona la luz parece absorverla porque apenas refleja, y posee una especie de capa infraroja artificial que preserva el calor y lo hace invisible a nuestros ojos… de momento. Se trata de un planeta frío y oscuro en un primitivo estado de evolución.

Una vez presentado, podemos preguntarnos por qué debería interesarnos la existencia de un planeta con estas características… la respuesta es “porque en pocos años podría provocar la destrucción total de la corteza terrestre y por tanto de la Humanidad”. No es que este gigantesco planeta vaya a colisionar con la tierra, sus efectos devastadores se haría notar con tan solo un acercamiento de 14 millones de kilómetros de nuestro planeta, ya que bastaría esa distancia para que su campo gravitatorio nos afectara de forma catastrófica, en el sentido literal de la palabra.

Así es como el autor gnóstico Joaquín Amortegui Valbuena (alias V.M. Rabolú) designa al planeta del Apocalipsis en su obra “Hercólubus, o Planeta Rojo”. Esta historia bien podría ser un cuento de ciencia ficción apocalíptica, sin embargo las noticias sobre un enorme cuerpo celeste que se aproximará a la Tierra provocando toda suerte de cataclismos nos llegan desde antiguos rincones de la historia, brotan del seno de culturas milenarias que reclaman un lugar entre las investigaciones científicas de nuestros tiempos.

Según Zecharia Sitchin (1922, estudioso de las lenguas antiguas, traductor e intérprete de inscripciones sumerias, acadias, babilónicas y cananeas) ya los sumerios conocían al que podría ser Hercólubus con el nombre de “Nibiru”, lo creían habitado por la civilización de los Anunnaki o Nefilin y dejaron constancia de que periódicamente este planeta pasaba cerca de la Tierra provocando el fin de civilizaciones como la atlante, desaparecida para siempre bajo las aguas. Los Anunnaki fueron reconocidos por los babilónicos como deidades; éstos también creyeron en la existencia de Nibiru (que se traduce como “lugar que cruza” o “lugar de transición”), considerándolo un cuerpo celeste asociado a Marduk, patrón de Babilonia y deidad protectora de la ciudad. Otros pueblos y culturas han dejado testimonio escrito de este planeta del fin de los tiempos, con distintos nombres como “la Kachina roja” (indios Hopi de Norteamérica), la “Estrella Baal” (caldeos), “Ajenjo” (Apocalipsis de la Biblia), “el gran rey del terror” (Nostradamus), o “El Destructor”, como se nombra en la Biblia Kolbrin, una antigua antología escrita en dos partes por distintos autores (desde egipcios hasta celtas) y considerada una “biblia paralela” que se encuentra en Nueva Zelanda tras salvarse de la destrucción en el incendio del Monasterio de Gastonbury.

En nuestros tiempos se le ha llamado Planeta X y se le conoce en la astronomía moderna desde hace al menos 20 años. Desde su primera identificación por parte de la NASA en 1983 a través del IRAS (Infrared Astronomical Satellite), la mayor parte de la comunidad científica ha ocultado la existencia de este cuerpo celeste negando su validez de forma sistemática. Sin embargo, el fenómeno ha seguido siendo estudiado y observado por algunos astrónomos de mente más abierta, como el astrónomo inglés John Murray, de la Open University, que detectó un gigantesco cuerpo celeste, posiblemente causante de “perturbaciones en las trayectorias de ciertos cometas”; Murray lo describía como “un planeta más grande que Júpiter que estaría ingresando en nuestro sistema." El astrónomo John Matese, de la Universidad de Lousiana, habló sobre un planeta “invisible” o posiblemente una “estrella oscura”, de cualquier forma “un gigantesco planeta radiactivo, cuya sola cercanía es capaz de provocar catastróficas lluvias de asteroides sobre la Tierra...” El astrónomo John Matese, de la Universidad de Louisiana, estudiando las órbitas de ochenta y dos cometas de la llamada “nube de Oort”, llegó a la conclusión de que sus órbitas tenían algunos elementos extraños en común, que solamente podían explicarse “por la influencia gravitacional de un objeto de varias veces el tamaño de Júpiter.”

Cómo afectaría a la Tierra el paso del Planeta X 

En la superficie terrestre existe un agrietamiento producido por diversos factores naturales; sus dimensiones son de unos 90.000 km de longitud, 40 km de ancho y una profundidad media de 2,5 km. Aunque se extiende por todo el planeta, es mayor en la zona del Océano Pacífico. En algunos lugares la lava del interior de la Tierra ha llegado a contactar con el agua, produciéndose enormes cantidades de vapor que presionan las capas geológicas superficiales y provocan un aumento de la actividad sísmica y volcánica.

El acercamiento de este planeta a la Tierra haría que el clima fuera cambiando, el calentamiento de las rocas del interior de la tierra provocaría, al contacto de éstas con el agua del océano, un calentamiento progresivo del Pacífico que favorecería el fenómeno conocido como “El Niño” (a traducir en inundaciones, plagas, incendios, epidemias y huracanes a escala mundial) Finalmente, en el punto de mayor acercamiento del Planeta X (que según el astrónomo Carlos Muñoz Ferrada tendría lugar a 14 millones de kilómetros), la Tierra sufriría un vuelco de los ejes de rotación; los polos pasarían a ser el ecuador y viceversa, con lo cual los océanos serían violentamente expulsados de sus lechos y sumergirían por completo la superficie terrestre.

En 1980 las sondas espaciales Pioneer X y XI (lanzadas en los años 70 como iniciadoras de un programa de la NASA para la exploración del espacio), buscaban un supuesto Planeta X que con su fuerza gravitatoria estaba alterando las órbitas de Neptuno y Urano. Dicho planeta “invisible” al parecer ha ido alterando el comportamiento de los planetas y cometas junto a los que ha ido pasando, y en tan solo unos años podría estar pasando junto a nuestro propio planeta. El Planeta Rojo, o Planeta X, Hercólubus, Nibiru o como se le quiera llamar, pudo causar el trágico fin de la civilización atlante al pasar junto a la Tierra hace 13.000 años. El suceso que pudo poner fin a la considerada cuarta civilización terrestre, la atlante, podría ahora poner fin a la quinta, la nuestra.

¿Fin... o evolución?

El Calendario Maya toca pues a su fin, la Tierra se dirige hacia un inmenso agujero negro en el centro de la galaxia, los indios hopi esperan el regreso de los katchinas desde las lejanas estrellas, nuestro planeta está experimentando un cambio notable de frecuencia, Nostradamus nos habla desde su tumba y un enorme planeta se acerca a la Tierra con la promesa del fin de la Humanidad… Lo único verdaderamente cierto de todo esto es que no sabemos lo que el 2012 nos tiene preparado hasta que ocurra; tal vez sea nada… tal vez sea todo.

Observando toda esta información, las teorías, los estudios, las predicciones y opiniones de tantas personas de tan diversa procedencia, no puedo evitar sospechar que “algo” pasara… Cierto es que a lo largo de la Historia el ser humano siempre ha tenido un “fin del mundo” a mano al que temer –bastaba un cambio de milenio para poner el grito en el cielo–, y también es cierto que el cine no nos lo ha puesto fácil a la hora de ignorar y eludir posibles causas y efectos apocalípticos (véanse Knowing, Armagedon, Deep Impact, incluso I am Leyend o The Happening y, por supuesto, 2012… entre otras muchas). Pero no es menos cierto que la Humanidad se encuentra –y no hace falta ser profeta o científico para darse cuenta– en una encrucijada; hemos llegado a tal punto de degradación a todos los niveles que uno se pregunta si podremos continuar así por mucho tiempo. No creo necesario enumerar los abismos en los que la sociedad como grupo y el ser humano como individuo han estado cayendo, especialmente en las últimas décadas, en que hemos dejado bien claro que el hombre es capaz de crear la belleza más sublime y de cometer las mayores atrocidades.

Personalmente pienso que necesitamos un cambio, y no hablo de un cambio de gobierno en éste o aquel país, no me refiero a dejar de usar aerosoles y reciclar el papel, o de unirnos en el firme propósito de ayudar al Tercer Mundo dedicándole un 0.5% de nuestro salario para sentirnos en paz con el mundo sabiendo en nuestro fuero interno que con eso no arreglamos nada; necesitamos un cambio completo de paradigma a nivel mundial, un cambio total de comportamiento hacia los demás, hacia el planeta y, sobre todo, hacia nosotros mismos. Un cambio esencial de concepción.

He leído en numerosos artículos que el futuro del planeta está en nuestras manos, que volviéndonos más espirituales y “amorosos” conseguiremos salvarnos de las catástrofes que se avecinan… creo que es precisamente ese enfoque el que nos ha llevado hasta donde estamos: hay que rezar para ganar el cielo, hay que hacer buenas obras para que nos consideren personas dignas (para considerarnos dignos nosotros mismos), hay que decir “lo siento” para no parecer soberbios… ¿hay que ser más espiritual para salvarnos del 2012? No. La espiritualidad no es un medio, es un camino que uno elige desde el corazón, no porque nos vaya a salvar en el futuro, sino porque nos conforta en el presente, porque da sentido a un mundo en el que el vacío de lo superfluo, de lo trivial y perecedero lo empaña todo, porque nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos, a ser más conscientes, a abrir los ojos, a comprender, a no pasar por nuestra propia vida como un espectador… nos ayuda a evolucionar.

Y todo eso ocurre ahora, no en el 2012, porque nada sucede en el futuro y nada somos sino en este momento. Si somos capaces de mirar hacia dentro y enfrentarnos a nuestras miserias y a nuestras grandezas por igual, podremos también mirar hacia fuera y “ver”, y entonces quizá sí estemos preparados para afrontar y comprender lo que esté por venir, no para evitarlo, sino para ser parte de ello, que al fin y al cabo no es otra cosa que ser parte de nuestra propia evolución como especie, ocurra de la forma que ocurra y cuando tenga que pasar.

Comprendernos como individuos nos permitirá encontrarnos como humanidad y entender que existimos en un proceso de constante evolución. Quizá 2012 no sea otra cosa que un escalón más en esa evolución, no un final para la Humanidad sino el fin de una época y el principio de otra. A mi modo de ver, la cuestión no es qué pasará, sino si cada uno de nosotros estará preparado para esta prueba. En nuestro propio interior yace la verdadera respuesta, pero esa respuesta no se encuentra en internet, en las predicciones de una civilización perdida o en los estudios científicos más avanzados, es una respuesta a la que cada individuo debe llegar por sí solo, mirando hacia dentro.

Desde este blog os invito a desvelar la verdadera incógnita del 2012.